6° DOMINGO DE PASCUA –A-
LA
OBEDIENCIA POR AMOR
Hechos 8,1-7: «Les imponían
las manos y recibían el Espíritu Santo»
Salmo 66(65): «Que se postre
ante ti la tierra entera»
1Pedro 3,15-18: «Murió en la
carne, pero volvió a la vida por el Espíritu»
San Juan 14,15-21: «Yo le
pediré al Padre que os dé otro Defensor»
El don supremo de la Pascua
es el Espíritu Santo. De ello trata liliturgia de hoy. En esta lectura se nos
habla de la evangelización del pueblo de Samaria, y de cómo era importante para
la Iglesia que a su debido tiempo recibieran el Espíritu Santo. «Les impusieron
las manos y recibieron el Espíritu Santo». Podemos ver aquí el origen del sacramento
de la Confirmación.
En este texto S. Pedro nos
advierte que debemos estar siempre listos para dar cuenta de nuestra esperanza.
Por supuesto que la razón de nuestra esperanza cristiana es Jesucristo, pero debemos
ir más allá: es Jesucristo viviendo en nosotros por su Espíritu Santo, siempre
actuando para mantener y aumentar nuestra esperanza.
El Evangelio trata de la
promesa del Espíritu Santo hecha por Jesús a sus discípulos, como la manera de
quedarse con ellos después de la ascensión. Algunos puntos importantes sobre
esta promesa:
a) para recibir el don del
Espíritu Santo con efectividad debemos amar a Jesús; amar a Jesús no es un
sentimiento, sino es cumplir sus mandamientos, actuando de acuerdo a su modelo.
Cuando hacemos esto, el Espíritu de Dios crece en nosotros.
b) recibir el Espíritu Santo
y llevar una vida de acuerdo con el Espíritu es tan importante, que Jesús
resucitado retiró su presencia física y volvió al Padre, para podernos enviar
su Espíritu.
c) el Espíritu Santo es la
presencia de Dios en nosotros. Es Jesús trabajándonos y salvándonos «a
distancia»; es «el dedo de Dios» que transforma el mundo y promueve el Reino.
d) por lo tanto el Espíritu
Santo es idéntico al Espíritu de Jesús, que es el Espíritu que hemos recibido.
No hay varios "espíritus santos": uno en la Trinidad, otro en Jesús,
otro en nosotros, sino un único Espíritu Santo que compartimos con Jesús.
Algunas preguntas para
pensar durante la semana
1. ¿Pienso suficientemente
que Dios vive en mí por el Espíritu Santo?
2. De acuerdo con las
enseñanzas de este domingo, ¿qué significa realmente tener devoción al Espíritu
Santo?
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