Contemplar el Evangelio de hoyDía litúrgico: Lunes 8 del tiempo ordinario Texto del Evangelio (Mc 10,17-27): Un día que Jesús se ponía ya en camino, uno corrió a su encuentro y arrodillándose ante Él, le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia la vida eterna?». Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre». Él, entonces, le dijo: «Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud». Jesús, fijando en él su mirada, le amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme». Pero él, abatido por estas palabras, se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes. Comentario:P. Joaquim PETIT Llimona, L.C. (Barcelona, España) «Anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres (...); luego, ven y sígueme» Hoy, la liturgia nos presenta un evangelio ante el cual es difícil permanecer indiferente si se afronta con sinceridad de corazón. Pensamientos para el Evangelio de hoy
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Emisora Vida Nueva
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Vida Nueva Cali - Reproductor
lunes, 28 de febrero de 2022
LUNES 28 DE FEBRERO
viernes, 25 de febrero de 2022
DOMINGO 27 DE FEBRERO
Una parábola que llama a la
conversión
El árbol se reconoce por su
fruto
Finaliza, con el evangelio de
este Domingo, el ciclo de mensaje profético de Jesús. En el contexto de
cercanía de la Cuaresma (el próximo Miércoles comienza el Tiempo Cuaresmal), es
espontánea la exhortación actualizadora en la perspectiva del esfuerzo por
renovar «el corazón». El tercer momento el mensaje profético presentado en este
Domingo es una llamada a la «verdad» de la persona. El Domingo pasado dominaba,
sobre todo, la perspectiva del amor a los enemigos y el perdón; este Domingo es
la necesidad de que las obras tengan su raíz en el «tesoro de bondad» que el
hombre bueno guarda en su corazón.
LECTURAS:
Eclesiástico 27, 5-8: «No
alabes a nadie antes de que razone»
Salmo 92(91): «Es bueno dar
gracias al Señor»
1Corintios 15, 54-58: «Nos da
la victoria por Nuestro Señor Jesucristo»
San Lucas 6, 39-45: «De la
abundancia del corazón habla la boca»
El verdadero guía
El Evangelio nos da una señal
inequívoca para que podamos discernir cuando el guía no es ciego sino que tiene
bien abiertos los ojos: los frutos que el guía, el líder, produce y hace
producir en quienes lo siguen. Los guías que producen paz, justicia, tolerancia,
entendimiento entre los hombres; los que confían en el diálogo para resolver
las lógicas diferencias que pueden haber entre quienes piensan de modo distinto
acerca de lo mejor para los hombres, los que consideran a los que disienten no
como enemigos a exterminar por todos los medios, los que son capaces de renunciar
a su liderazgo con absoluta sencillez entendiendo que es de verdad y no sólo de
palabra, el hecho de que liderar o guiar es un servicio y no un patrimonio personal
e intransferible.
Hay un Guía impecable a
quienes los cristianos miramos o debemos mirar diariamente y a quien no estaría
mal que lo hicieran incluso los que no creen en El. Es un Guía cuyos frutos son
incontestables: generosidad, desprendimiento, pobreza personal, sencillez,
compasión, tolerancia, amor hacia aquellos a quienes quiere guiar, un amor que
lo lleva a
entregar, sin un gesto de protesta, la propia vida. Es un Guía exigente,
difícil de seguir, pero es un Guía absolutamente seguro, con El jamás caeremos
en el hoyo, en el hoyo del egoísmo, de la indiferencia, del desprecio a los otros,
del olvido de Dios que se traduce, inevitablemente, en el olvido del hombre,
con el peligro que esa actitud comporta y del que tenemos abundante
experiencia. Nuestro guía es buen punto de referencia para calificar y
catalogar a los numerosos guías que, generosamente, se nos ofrecen para
llevarnos directamente a la felicidad.
Corregirnos para corregir
Como cristianos somos
invitados a una evaluación sincera de las propias limitaciones en orden a un
desarrollo serio de las propias capacidades. Sólo si logro superar mis fallos
personales podré alcanzar una visión suficientemente aguda como para ayudar a
mis semejantes. Las palabras de Jesús no imponen al discípulo la prohibición de
formarse un juicio moral sobre la conducta del ser humano; lo que condenan es
todo intento de corregir a los demás sin antes haberse aplicado a sí mismo la
corrección. En vez de fijarse en los defectos de los demás, el discípulo es
aquél que aprende a fijarse en sus propios defectos y aprende a ser fructífero.
¡Qué distinto es ese comportamiento del que ve en los demás un objetivo a cazar!.
Resulta realmente penosa la persona pendiente de cazar al otro. Penosa porque
jamás han sido discípulos! ¿Será ésta una de las razones de lo frustrante que
es nuestra sociedad?.
Lucas configura una línea
importante del comportamiento cristiano. Actitud positiva y creativa en vez de
puntillismo y cicatería.
Tres lecciones:
Los discípulos reciben por
tanto una misma alerta con tres ejemplos: no ejercer de maestros espirituales
de nadie sin serlo verdaderamente; no pedir a otros lo que uno mismo no se
exige; no aparentar lo que no se es. El contexto nos aporta que solo quien vive
de la palabra de Jesús, construyéndose a sí mismo desde ella, está en condiciones
de ayudar a los demás en su itinerario espiritual. ¡Fidelidad y autenticidad!
Podemos destacar tres
enseñanzas del texto evangélico:
Primera, uno
no debe creerse demasiado sabio ni pretender dirigir a los demás, sino que
tiene que conocer cuáles son sus propias posibilidades y la necesidad que todos
tenemos de aprender y buscar luz. El discípulo siempre debe estar en estado de aprendizaje,
intentando llegar a ser como su maestro, Jesús.
Segunda, no
pretender corregir a los demás sin haber mirado antes si nosotros tenemos algo
por corregir. El texto es desmesuradamente hiperbólico (¡una viga en el ojo!),
pero es que también es muy absurda la pretensión de arreglar la vida de los demás
cuando uno tiene tantas cosas por arreglar en la suya. La exageración de la imagen
muestra que Jesús debía tener especial interés en prevenir a sus discípulos ante
esta manera de actuar, y que debía pensar que era muy fácil caer en ella. -Pedimos
al Señor que nos vaya cambiando el corazón, que nos lo vaya haciendo «bueno del
todo», como es el corazón de Dios. «Entonces verás claro»: entonces podrás ver con amor la o la
viga, la verdad de tu hermano.
Tercera, una
enseñanza sobre la manera de actuar y las actitudes de fondo, que se puede leer
desde dos posiciones. - - En primer lugar, que son los hechos, el modo de hablar
y de actuar, los frutos, lo que muestra quién es y cómo es cada persona. Es lo
que resume la famosa frase emblemática de Mt 7,20 que Lucas no recoge: «Por sus
frutos los conocerán».
- Y en segundo lugar, lo
importante es saber qué llevamos dentro, y qué
actitudes de fondo nos mueven a actuar. Porque si lo que llevamos dentro es
«tesoro de bondad», lo que aflorará serán frutos de bondad, mientras que si
llevamos «tesoro de maldad», los frutos serán de maldad. Nuevamente, pues, nos
hallamos con este elemento clave de la manera como Jesús entiende la actuación
de sus seguidores y la suya propia, y que impregnaba el evangelio del Domingo
pasado: hay un «modo de ser», una manera de entender la vida y las relaciones
con los demás, que es la del Reino, y otra que es contraria. (No estaría de más
recordar que la palabra griega «metanoia», que traducimos por «conversión»,
quiere decir precisamente, «cambio de manera de pensar y de ver las cosas»).
¿A QUÉ
NOS COMPROMETE la PALABRA
Ser coherentes
Las reflexiones de Lucas,
unidas, si se quiere, a las del Sirácida (Eclesiástico) , pueden iluminar a las Comunidades Cristianas
de hoy. La Iglesia debe su existencia al don gratuito de Dios; está, pues,
sometida a una regla primordial: vivir con respecto a todos de una manera que
esté realmente inspirada por el don, por la gratuidad, por la misericordia.
El final del texto evangélico
nos exhorta a que nuestra relación con Jesús, nuestro verdadero tesoro como
discípulos suyos que somos, se traduzca en una vida coherente con su ejemplo. Si
hay quienes encarecen, conscientemente o no, una conducta que no esté en la
línea de esta misericordia, no pueden ser oídos. Están en contradicción consigo
mismos. No hay nada que esperar de personas que no han asimilado el mensaje evangélico
y que no saben decir, por ello, sino pensamientos que le son contrarios. De
unos discípulos que no estén verdaderamente penetrados del auténtico espíritu
evangélico, que es el de la gracia, no hay que esperar ningún fruto, ninguna sugerencia
capaz de mejorar la vida de la Comunidad haciéndola progresar en la práctica
del Evangelio. Porque el hombre actúa en función de lo que en realidad es; aunque
utilice algún truco disimulador, sus actos y sus palabras son el reflejo exacto
de lo que es en lo más profundo de sí mismo. El que no tiene el espíritu del
Evangelio no puede decir palabras evangélicas.
«En nuestra época, en la que
se habla tanto para no decir nada, asombra esta vieja sabiduría, que dice que
hablemos sólo cuando el corazón esté lleno. Se trata aquí del contraste entre
el interior del ser humano y sus expresiones. Este pasaje trata de las
palabras, pero puede aplicarse también a las acciones humanas» (F. Bovon).
Relación con la Eucaristía
La Eucaristía con-forma nuestra vida a la de Cristo. Cuando comulgamos, «nos transformamos en Aquél a quien recibimos» (San Agustín). Por eso, la Celebración Eucarística es fuente siempre abierta para la renovación del corazón del cristiano.
VIERNES 25 DE FEBRERO
Contemplar el Evangelio de hoyDía litúrgico: Viernes 7 del tiempo ordinario Texto del Evangelio (Mc 10,1-12): En aquel tiempo, Jesús, levantándose de allí, va a la región de Judea, y al otro lado del Jordán, y de nuevo vino la gente donde Él y, como acostumbraba, les enseñaba. Se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: «¿Puede el marido repudiar a la mujer?». Él les respondió: «¿Qué os prescribió Moisés?». Ellos le dijeron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla». Jesús les dijo: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto. Pero desde el comienzo de la creación, El los hizo varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre». Comentario:Rev. D. Miquel VENQUE i To (Solsona, Lleida, España) «Como acostumbraba, les enseñaba» Hoy, Señor, quisiera hacer un rato de oración para agradecerte tu enseñanza. Tú enseñabas con autoridad y lo hacías siempre que te dejábamos, aprovechabas todas las ocasiones: ¡claro!, lo entiendo, Señor, tu misión básica era transmitir la Palabra del Padre. Y lo hiciste. Pensamientos para el Evangelio de hoy
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jueves, 24 de febrero de 2022
JUEVES 24 DE FEBRERO
Contemplar el Evangelio de hoyDía litúrgico: Jueves 7 del tiempo ordinario Texto del Evangelio (Mc 9,41-50): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa. Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que le echen al mar. Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga; pues todos han de ser salados con fuego. Buena es la sal; mas si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros y tened paz unos con otros». Comentario:Rev. D. Xavier PARÉS i Saltor (La Seu d'Urgell, Lleida, España) «Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa» Hoy, el Evangelio proclamado se hace un poco difícil de entender debido a la dureza de las palabras de Jesús: «Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela (...). Si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo» (Mc 9,43.47). Es que Jesús es muy exigente con aquellos que somos sus seguidores. Sencillamente, Jesús nos quiere decir que hemos de saber renunciar a las cosas que nos hacen daño, aunque sean cosas que nos gusten mucho, pero que pueden ser motivo de pecado y de vicio. San Gregorio dejará escrito «que no hemos de desear las cosas que sólo satisfacen las necesidades materiales y pecaminosas». Jesús exige radicalidad. En otro lugar del Evangelio también dice: «El que quiera ganar la vida, la perderá, pero el que la pierda por Mí, la ganará» (Mt 10,39). Pensamientos para el Evangelio de hoy
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miércoles, 23 de febrero de 2022
MIERCOLES 23 DE FEBRERO
Contemplar el Evangelio de hoyDía litúrgico: Miércoles 7 del tiempo ordinario Ver santoral Texto del Evangelio (Mc 9,38-40): En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros». Pero Jesús dijo: «No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros». Comentario:Rev. D. David CODINA i Pérez (Puigcerdà, Gerona, España) «El que no está contra nosotros, está por nosotros» Hoy escuchamos una recriminación al apóstol Juan, que ve a gente obrar el bien en el nombre de Cristo sin formar parte del grupo de sus discípulos: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y tratamos de impedírselo porque no viene con nosotros» (Mc 9,38). Jesús nos da la mirada adecuada que hemos de tener ante estas personas: acogerlas y ensanchar nuestras miras, con humildad respecto a nosotros mismos, compartiendo siempre un mismo nexo de comunión, una misma fe, una misma orientación, es decir, caminar juntos hacia la perfección del amor a Dios y al prójimo. Pensamientos para el Evangelio de hoy
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martes, 22 de febrero de 2022
MARTES 22 DE FEBRERO
Contemplar el Evangelio de hoyDía litúrgico: 22 de Febrero: La Cátedra de san Pedro, apóstol Texto del Evangelio (Mt 16,13-19): En aquel tiempo, llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?». Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles Él: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Comentario:Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España) «Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia» Hoy celebramos la Cátedra de san Pedro. Desde el siglo IV, con esta celebración se quiere destacar el hecho de que —como un don de Jesucristo para nosotros— el edificio de su Iglesia se apoya sobre el Príncipe de los Apóstoles, quien goza de una ayuda divina peculiar para realizar esa misión. Así lo manifestó el Señor en Cesarea de Filipo: «Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia» (Mt 16,18). En efecto, «es escogido sólo Pedro para ser antepuesto a la vocación de todas las naciones, a todos los Apóstoles y a todos los padres de la Iglesia» (San León Magno). Pensamientos para el Evangelio de hoy
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