Translate

Emisora Vida Nueva

Si no desea escuchar la Emisora En vivo (On-Line) pulse el botón de pausa

Vida Nueva Cali - Reproductor

martes, 28 de febrero de 2023

MARTES 28 DE FEBRERO


   

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: Martes 1 de Cuaresma

Ver 1ª Lectura y Salmo

Texto del Evangelio (Mt 6,7-15): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.

»Vosotros, pues, orad así: ‘Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo. Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal’. Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».

Comentario:Rev. D. Joaquim FAINÉ i Miralpech (Tarragona, España)

«Al orar, no charléis mucho (...) porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis»

Hoy, Jesús —que es el Hijo de Dios— me enseña a comportarme como un hijo de Dios. Un primer aspecto es el de la confianza cuando hablo con Él. Pero el Señor nos advierte: «No charléis mucho» (Mt 6,7). Y es que los hijos, cuando hablan con sus padres, no lo hacen con razonamientos complicados, ni diciendo muchas palabras, sino que con sencillez piden todo aquello que necesitan. Siempre tengo la confianza de ser escuchado porque Dios —que es Padre— me ama y me escucha. De hecho, orar no es informar a Dios, sino pedirle todo lo que necesito, ya que «vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo» (Mt 6,8). No seré buen cristiano si no hago oración, como no puede ser buen hijo quien no habla habitualmente con sus padres.

El Padrenuestro es la oración que Jesús mismo nos ha enseñado, y es un resumen de la vida cristiana. Cada vez que rezo al Padre nuestro me dejo llevar de su mano y le pido aquello que necesito cada día para llegar a ser mejor hijo de Dios. Necesito no solamente el pan material, sino —sobre todo— el Pan del Cielo. «Pidamos que nunca nos falte el Pan de la Eucaristía». También aprender a perdonar y ser perdonados: «Para poder recibir el perdón que Dios nos ofrece, dirijámonos al Padre que nos ama», dicen las fórmulas introductorias al Padrenuestro de la Misa.

Durante la Cuaresma, la Iglesia me pide profundizar en la oración. «La oración, el coloquio con Dios, es el bien más alto, porque constituye (...) una unión con Él» (San Juan Crisóstomo). Señor, necesito aprender a rezar y a sacar consecuencias concretas para mi vida. Sobre todo, para vivir la virtud de la caridad: la oración me da fuerzas para vivirla cada día mejor. Por esto, pido diariamente que me ayude a disculpar tanto las pequeñas molestias de los otros, como perdonar las palabras y actitudes ofensivas y, sobre todo, a no tener rencores, y así podré decirle sinceramente que perdono de todo corazón a mis deudores. Lo podré conseguir porque me ayudará en todo momento la Madre de Dios.

Pensamientos para el Evangelio de hoy

  • «¿Qué oración más espiritual puede haber que la que nos fue dada por Cristo, por quien nos fue también enviado el Espíritu Santo? ¿Y qué plegaria más verdadera ante el Padre que la que brotó de labios del Hijo?» (San Cipriano)

  • «El “Padrenuestro” comienza con un gran consuelo: podemos decir “Padre”, porque el Hijo es nuestro hermano y nos ha revelado al Padre; porque gracias a Cristo hemos vuelto a ser hijos de Dios» (Benedicto XVI)

  • «Podemos invocar a Dios como “Padre” porque Él nos ha sido revelado por su Hijo hecho hombre y su Espíritu nos lo hace conocer. Lo que el hombre no puede concebir ni los poderes angélicos entrever, es decir, la relación personal del Hijo hacia el Padre, he aquí que el Espíritu del Hijo nos hace participar de esta relación a quienes creemos que Jesús es el Cristo y que hemos nacido de Dios» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.780)

pixel tracking
 
Associació Cultural M&M Euroeditors 08619 Borredà Barcelona España Spain

Mensaje enviado de comunicacion@evangeli.net a hbaryona@gmail.com
 
Darse de baja
 
 

lunes, 27 de febrero de 2023

LUNES 27 DE FEBRERO

 

       

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: Lunes 1 de Cuaresma

Ver 1ª Lectura y Salmo

Texto del Evangelio (Mt 25,31-46): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de Él todas las naciones, y Él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: ‘Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme’. Entonces los justos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?’. Y el Rey les dirá: ‘En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis’.

»Entonces dirá también a los de su izquierda: ‘Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis’. Entonces dirán también éstos: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?’. Y él entonces les responderá: ‘En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo’. E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna».

Comentario:Rev. D. Joaquim MONRÓS i Guitart (Tarragona, España)

«Cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo»

Hoy se nos recuerda el juicio final, «cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles» (Mt 25,31), y nos remarca que dar de comer, beber, vestir... resultan obras de amor para un cristiano, cuando al hacerlas se sabe ver en ellas al mismo Cristo.

Dice san Juan de la Cruz: «A la tarde te examinarán en el amor. Aprende a amar a Dios como Dios quiere ser amado y deja tu propia condición». No hacer una cosa que hay que hacer, en servicio de los otros hijos de Dios y hermanos nuestros, supone dejar a Cristo sin estos detalles de amor debido: pecados de omisión.

El Concilio Vaticano II, en la Gaudium et spes, al explicar las exigencias de la caridad cristiana, que da sentido a la llamada asistencia social, dice: «En nuestra época, especialmente urge la obligación de hacernos prójimo de cualquier hombre que sea y de servirlos con afecto, ya se trate de un anciano abandonado por todos, o de un niño nacido de ilegítima unión que se ve expuesto a pagar sin razón el pecado que él no ha cometido, o del hambriento que apela a nuestra conciencia trayéndonos a la memoria las palabras del Señor: ‘Cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis’ (Mt 25,40)».

Recordemos que Cristo vive en los cristianos... y nos dice: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20).

El Concilio Lateranense IV define el juicio final como verdad de fe: «Jesucristo ha de venir al fin del mundo, para juzgar a vivos y muertos, y para dar a cada uno según sus obras, tanto a los reprobados como a los elegidos (...) para recibir según sus obras, buenas o malas: aquellos con el diablo castigo eterno, y éstos con Cristo gloria eterna».

Pidamos a María que nos ayude en las acciones de servicio a su Hijo en los hermanos.

Pensamientos para el Evangelio de hoy

  • «Inmolémonos nosotros mismos a Dios, ofrezcámosle todos los días nuestro ser con todas nuestras acciones, subamos decididamente a su cruz» (San Gregorio Nacianceno)

  • «Mediante las obras [de misericordia] corporales tocamos la carne de Cristo en los hermanos y hermanas que necesitan ser nutridos, vestidos, alojados, visitados. Precisamente tocando en el que sufre la carne de Jesús crucificado, el pecador podrá recibir como don la conciencia de que él mismo es un pobre mendigo» (Francisco)

  • «Jesús, desde el pesebre hasta la cruz comparte la vida de los pobres; conoce el hambre, la sed y la privación. Aún más: se identifica con los pobres de todas clases y hace del amor activo hacia ellos la condición para entrar en su Reino» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 544)

pixel tracking
 
Associació Cultural M&M Euroeditors 08619 Borredà Barcelona España Spain

Mensaje enviado de comunicacion@evangeli.net a hbaryona@gmail.com
 
Darse de baja
 
 

sábado, 25 de febrero de 2023

DOMINGO 26 DE FEBRERO

VIDA NUEVA

 

“AL SEÑOR, TU DIOS, ADORARÁS, Y A ÉL SÓLO DARÁS CULTO” …”

El tiempo cuaresmal nos ofrece la oportunidad de ir preparándonos a celebra la Pascua. Es un tiempo especial de interioridad, reflexión, profundización y conversión. Como nos recordaba Pablo Peralta: «Creo que la Cuaresma es un momento privilegiado para aprender a vivir la vida en toda su seriedad y posibilidades.»

El Evangelio no invita a dejarnos conducir por el Espíritu, junto a Jesús al desierto.  En la Biblia el desierto es lugar de aridez, de exigencia, de prueba, pero es también lugar de encuentro, donde Dios habla al corazón (Oseas 2,14), donde nace el Pueblo de Dios a una vida nueva (Ex 13,3). Desde esta perspectiva de encuentro y vida podemos mirar nuestra realidad personal, comunitaria y social.

Las lecturas de este día, 1 Domingo de Cuaresma, nos invita a valorar el proyecto de vida y amor que se manifiesta en la creación; Pablo nos recuerda que en Jesús se nos da la vida y la gracia que exige de nosotros apertura y disponibilidad; El relato de la tentaciones nos invita a afrontar con Jesús los desafíos que la vida nos pone por delante, dejándonos guiar por su Espíritu.

LECTURAS:

Lectura del libro del Génesis 2, 7-9; 3, 1-7: “ «Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; pero del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios: “No comáis de él ni lo toquéis, de lo contrario moriréis”».

Sal 50, 3-4. 5-6ab. 12-13. 14 y 17 R/. “Misericordia, Señor: hemos pecado”

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 12-19: ” Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron...”

Evangelio del día  según san Mateo 4, 1-11: “«Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”».

Vivir la vida en clave de salvación

Los evangelios sinópticos colocan antes del comienzo de la misión de Jesús el relato de las tentaciones. Aunque las tentaciones estuvieron presentes a lo largo de la vida de Jesús, como lo están en nuestra propia vida.

Estela Aldave Medrano hace referencia a que, «Mateo y Lucas describen la triple tentación de hambre (con el pan), de poderes sobrenaturales (arrojarse del alero del templo) y de dominio sobre todos los reinos (que le son puesto delante).» Es interesante que el tentador prueba a Jesús utilizando pasajes de la Escritura.

También nosotros vivimos sujetos a estas tentaciones

Jesús ha ido al desierto llevado por el Espíritu, pero es una decisión que Él asume como propia. Es lógico que en este tiempo sienta hambre. La tentación es resolver un problema humano a través de algo extraordinario como transformar las piedras en pan. Jesús puede dejar el desierto e ir buscar pan, o sea resolver humanamente el problema. Hoy también podemos creer que el poder, el dinero o el saber van a resolver nuestras necesidades mágicamente.

La segunda tentación es más sutil porque pone el acento en la absolutización de sí mismo. Cuestiona nuestra propia identidad: “si eres el hijo de Dios”. Jesús vence esta tentación clarificando quien es.

Por último esús afronta el desafío de la ideología y la dominación invitando a reconocer que la salvación es don de Dios. Jesús nos enseñó que el camino de la gracia se da a través de la entrega y el amor como servicio. Que desde la experiencia de Jesús crezcamos y maduremos en esta entrega de la vida.

 

 

 

 

SABADO 25 DE FEBRERO

    

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: Sábado después de Ceniza

Ver 1ª Lectura y Salmo

Texto del Evangelio (Lc 5,27-32): En aquel tiempo, Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, sentado en el despacho de impuestos, y le dijo: «Sígueme». El, dejándolo todo, se levantó y le siguió. Leví le ofreció en su casa un gran banquete. Había un gran número de publicanos, y de otros que estaban a la mesa con ellos. Los fariseos y sus escribas murmuraban diciendo a los discípulos: «¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores?». Les respondió Jesús: «No necesitan médico los que están sanos, sino los que están mal. No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores».

Comentario:Rev. D. Joan Carles MONTSERRAT i Pulido (Cerdanyola del Vallès, Barcelona, España)

«No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores»

Hoy vemos cómo avanza la Cuaresma y la intensidad de la conversión a la que el Señor nos llama. La figura del apóstol y evangelista Mateo es muy representativa de quienes podemos llegar a pensar que, por causa de nuestro historial, o por los pecados personales o situaciones complicadas, es difícil que el Señor se fije en nosotros para colaborar con Él.

Pues bien, Jesucristo, para sacarnos toda duda nos pone como primer evangelista el cobrador de impuestos Leví, a quien le dice sin más: «Sígueme» (Lc 5,27). Con él hace exactamente lo contrario de lo que una mentalidad “prudente” pudiera considerar si quisiéramos aparentar ser “políticamente correctos”. Leví —en cambio— venía de un mundo donde padecía el rechazo de todos sus compatriotas, ya que se le consideraba, sólo por el hecho de ser publicano, colaboracionista de los romanos y, posiblemente, defraudador por las “comisiones”, el que ahogaba a los pobres para cobrarles los impuestos, en fin, un pecador público.

A los que se consideraban perfectos no se les podía pasar por la cabeza que Jesús no solamente le llamara a seguirlo, sino ni tan sólo a sentarse en la misma mesa.

Pero con esta actitud de escogerlo, Nuestro Señor Jesucristo nos dice que más bien es este tipo de gente de quien le gusta servirse para extender su Reino; ha escogido a los malvados, a los pecadores, a los que no se creen justos: «Para confundir a los fuertes, ha escogido a los que son débiles a los ojos del mundo» (1Cor 1,27). Son éstos los que necesitan al médico, y sobre todo, ellos son los que entenderán que los otros lo necesiten.

Hemos de huir, pues, de pensar que Dios quiere expedientes limpios e inmaculados para servirle. Este expediente sólo lo preparó para Nuestra Madre. Pero para nosotros, sujetos de la salvación de Dios y protagonistas de la Cuaresma, Dios quiere un corazón contrito y humillado. Precisamente, «Dios te ha escogido débil para darte su propio poder» (San Agustín). Éste es el tipo de gente que, como dice el salmista, Dios no menosprecia.

Pensamientos para el Evangelio de hoy

  • «Puedes sanar, si quieres. Ponte en manos del médico, y él punzará los ojos de tu alma y de tu corazón. ¿Qué médico es éste? Dios, que sana y vivifica mediante su Palabra. Pues por medio de la Palabra y de la sabiduría se hizo todo» (San Teófilo de Antioquía)

  • «Un dato que salta a la vista: Jesús no excluye a nadie de su amistad: ‘No he venido a llamar a justos, sino a pecadores’ (Mc 2,17). El buen anuncio del Evangelio consiste precisamente en esto: ¡en el ofrecimiento de la gracia de Dios al pecador!» (Benedicto XVI)

  • «Jesús invita a los pecadores al banquete del Reino: ‘No he venido a llamar a justos sino a pecadores’. Les invita a la conversión, sin la cual no se puede entrar en el Reino, pero les muestra de palabra y con hechos la misericordia sin límites de su Padre hacia ellos y la inmensa ‘alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta’ (Lc 15,7). La prueba suprema de este amor será el sacrificio de su propia vida ‘para remisión de los pecados’ (Mt 26,28)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 545)

pixel tracking
 
Associació Cultural M&M Euroeditors 08619 Borredà Barcelona España Spain

Mensaje enviado de comunicacion@evangeli.net a hbaryona@gmail.com
 
Darse de baja
 
 

      

viernes, 24 de febrero de 2023

VIERNES 24 DE FEBRERO

     

       

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: Viernes después de Ceniza

Ver 1ª Lectura y Salmo

Texto del Evangelio (Mt 9,14-15): En aquel tiempo, se le acercan los discípulos de Juan y le dicen: «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos, y tus discípulos no ayunan?». Jesús les dijo: «Pueden acaso los invitados a la boda ponerse tristes mientras el novio está con ellos? Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán».

Comentario:Rev. D. Xavier PAGÉS i Castañer (Barcelona, España)

«Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán»

Hoy, primer viernes de Cuaresma, habiendo vivido el ayuno y la abstinencia del Miércoles de Ceniza, hemos procurado ofrecer el ayuno y el rezo del Santo Rosario por la paz, que tanto urge en nuestro mundo. Nosotros estamos dispuestos a tener cuidado de este ejercicio cuaresmal que la Iglesia, Madre y Maestra, nos pide que observemos, y a recordar que el mismo Señor dijo: «Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán» (Mt 9,15). Tenemos el deseo de vivirlo no sólo como el cumplimiento de un precepto al que estamos obligados, sino —sobre todo— procurando llegar a encontrar el espíritu que nos conduce a vivir esta práctica cuaresmal y que nos ayudará en nuestro progreso espiritual.

Buscando este sentido profundo, nos podemos preguntar: ¿cuál es el verdadero ayuno? Ya el profeta Isaías, en la primera lectura de hoy, comenta cuál es el ayuno que Dios aprecia: «Partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, cubrir a quien ves desnudo y no desentenderte de los tuyos. Entonces surgirá tu luz como la aurora, enseguida se curarán tus heridas, ante ti marchará la justicia, detrás de ti la gloria del Señor» (Is 58,7-8). A Dios le gusta y espera de nosotros todo aquello que nos lleva al amor auténtico con nuestros hermanos.

Cada año, el Santo Padre Juan Pablo II nos escribía un mensaje de Cuaresma. En uno de estos mensajes, bajo el lema «Hace más feliz dar que recibir» (Hch 20,35), sus palabras nos ayudaron a descubrir esta misma dimensión caritativa del ayuno, que nos dispone —desde lo profundo de nuestro corazón— a prepararnos para la Pascua con un esfuerzo para identificarnos, cada vez más, con el amor de Cristo que le ha llevado hasta dar la vida en la Cruz. En definitiva, «lo que todo cristiano ha de hacer en cualquier tiempo, ahora hay que hacerlo con más solicitud y con más devoción» (San León Magno, papa).


Pensamientos para el Evangelio de hoy

  • «Tres son los resortes que hacen que la fe se mantenga firme: la oración, el ayuno y la misericordia. Quien posee uno solo de los tres no posee ninguno» (San Pedro Crisólogo)

  • «Las Sagradas Escrituras y toda la tradición cristiana enseñan que el ayuno es una gran ayuda para evitar el pecado y todo lo que induce a él. El verdadero ayuno, repite el divino Maestro, consiste más bien en cumplir la voluntad del Padre celestial» (Benedicto XVI)

  • «Como ya en los profetas, la llamada de Jesús a la conversión y a la penitencia no mira, en primer lugar, a las obras exteriores “el saco y la ceniza”, los ayunos y las mortificaciones, sino a la conversión del corazón, la penitencia interior. Sin ella, las obras de penitencia permanecen estériles y engañosas (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.430)

pixel tracking
 
Associació Cultural M&M Euroeditors 08619 Borredà Barcelona España Spain

Mensaje enviado de comunicacion@evangeli.net a hbaryona@gmail.com
 
Darse de baja
 
 

jueves, 23 de febrero de 2023

JUEVES 23 DE FEBRERO

 

    

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: Jueves después de Ceniza

Ver 1ª Lectura y Salmo

Texto del Evangelio (Lc 9,22-25): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día». Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?».

Comentario:Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM (Barcelona, España)

«Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame»

Hoy es el primer jueves de Cuaresma. Todavía tenemos fresca la ceniza que la Iglesia nos ponía ayer sobre la frente, y que nos introducía en este tiempo santo, que es un trayecto de cuarenta días. Jesús, en el Evangelio, nos enseña dos rutas: el Via Crucis que Él ha de recorrer, y nuestro camino en su seguimiento.

Su senda es el Camino de la Cruz y de la muerte, pero también el de su glorificación: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado (...), ser matado y resucitar al tercer día» (Lc 9,22). Nuestro sendero, esencialmente, no es diferente del de Jesús, y nos señala cuál es la manera de seguirlo: «Si alguno quiere venir en pos de mí...» (Lc 9,23).

Abrazado a su Cruz, Jesús seguía la Voluntad del Padre; nosotros, cargándonos la nuestra sobre los hombros, le acompañamos en su Via Crucis.

El camino de Jesús se resume en tres palabras: sufrimiento, muerte, resurrección. Nuestro sendero también lo constituyen tres aspectos (dos actitudes y la esencia de la vocación cristiana): negarnos a nosotros mismos, tomar cada día la cruz y acompañar a Jesús.

Si alguien no se niega a sí mismo y no toma la cruz, quiere afirmarse y ser él mismo, quiere «salvar su vida», como dice Jesús. Pero, queriendo salvarla, la perderá. En cambio, quien no se esfuerza por evitar el sufrimiento y la cruz, por causa de Jesús, salvará su vida. Es la paradoja del seguimiento de Jesús: «¿De qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?» (Lc 9,25).

Esta palabra del Señor, que cierra el Evangelio de hoy, zarandeó el corazón de san Ignacio y provocó su conversión: «¿Qué pasaría si yo hiciera eso que hizo san Francisco y eso que hizo santo Domingo?». ¡Ojalá que en esta Cuaresma la misma palabra nos ayude también a convertirnos!

Pensamientos para el Evangelio de hoy

  • «Fijemos con atención nuestra mirada en la sangre de Cristo, y reconozcamos cuán preciosa ha sido a los ojos de Dios, su Padre, pues, derramada por nuestra salvación, alcanzó la gracia de la penitencia para todo el mundo» (San Clemente Romano)

  • «No podemos pensar en la vida cristiana fuera de este camino que Él recorrió primero. Es el camino de la humildad. El estilo cristiano sin cruz no es de ninguna manera cristiano, y si la cruz es una cruz sin Jesús, no es cristiana» (Francisco)

  • «La conversión se realiza en la vida cotidiana mediante gestos de reconciliación, la atención a los pobres, el ejercicio y la defensa de la justicia y del derecho, (…) la aceptación de los sufrimientos, el padecer la persecución a causa de la justicia. Tomar la cruz cada día y seguir a Jesús es el camino más seguro de la penitencia» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.435)

pixel tracking
 
Associació Cultural M&M Euroeditors 08619 Borredà Barcelona España Spain

Mensaje enviado de comunicacion@evangeli.net a hbaryona@gmail.com
 
Darse de baja
 
 

miércoles, 22 de febrero de 2023

MPERCOLES 22 DE FEBRERO

 

       

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: Miércoles de Ceniza

Ver 1ª Lectura y Salmo

Texto del Evangelio (Mt 6,1-6.16-18): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

»Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará».

Comentario:Pbro. D. Luis A. GALA Rodríguez (Campeche, México)

«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos»

Hoy comenzamos nuestro itinerario hacia la Pascua, y el Evangelio nos recuerda los deberes fundamentales del cristiano, no sólo como preparación hacia un tiempo litúrgico, sino en preparación hacia la Pascua Eterna: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial» (Mt 6,1). La justicia de la que habla Jesús consiste en vivir conforme a los principios evangélicos, sin olvidar que «si vuestra justicia no supera la justicia de los doctores de la ley y de los fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos» (Mt 5,20).

La justicia nos lleva al amor, manifestado en la limosna y en obras de misericordia: «Cuando hagas limosna que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha» (Mt 6,3). No es que se deban ocultar las obras buenas, sino que no debe pensarse en la alabanza humana al hacerlas, ni desear algún otro bien. En otras palabras, debo dar limosna de tal modo que ni yo tenga la sensación de estar haciendo una cosa buena que merece una recompensa por parte de Dios y elogio por parte de los hombres.

Benedicto XVI insistía en que socorrer a los necesitados es un deber de justicia, aun antes que un acto de caridad: «La caridad va más allá de la justicia (…), pero nunca carece de justicia, la cual lleva a dar al otro lo que es "suyo", lo que le corresponde en virtud de su ser y de su obrar». No debemos olvidar que no somos propietarios absolutos de los bienes que poseemos, sino administradores. Cristo nos ha enseñado que la auténtica caridad es aquella que no se limita a "dar" la limosna, sino que lleva a "darse" uno mismo, a ofrecerse a Dios como culto espiritual (cf. Rom 12,1). Ése sería el verdadero gesto de justicia y caridad cristiana, «y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará» (Mt 6,4).

Pensamientos para el Evangelio de hoy

  • «En estos días, hay que poner especial solicitud y devoción en cumplir aquellas cosas que los cristianos deben realizar en todo tiempo: así viviremos, en santos ayunos, esta Cuaresma de institución apostólica» (San León Magno)

  • «Sabemos que este mundo cada vez más artificial nos hace vivir en una cultura del “hacer”, de lo “útil”, donde sin darnos cuenta excluimos a Dios de nuestro horizonte. La Cuaresma nos llama a “espabilarnos”, a recordarnos sencillamente que no somos Dios» (Francisco)

  • «La Ley Nueva practica los actos de la religión: la limosna, la oración y el ayuno, ordenándolos al ‘Padre que ve en lo secreto’ por oposición al deseo ‘de ser visto por los hombres’» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.969)

pixel tracking
 
Associació Cultural M&M Euroeditors 08619 Borredà Barcelona España Spain

Mensaje enviado de comunicacion@evangeli.net a hbaryona@gmail.com
 
Darse de baja
 
 

Vida Nueva - Radio