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DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
NUESTRA
VOCACION A VIVIR PARA SIEMPRE
2Macabeos 7,1-2.8c-14: «El
rey del universo nos resucitará para una vida eterna»
Salmo 17(16): «Al despertar
me saciaré de tu semblante, Señor»
2Tesalonisenses 2,15-3, 5:
«El Señor les dé fuerza para toda clase de palabras y de buenas obras»
San Lucas 20,27-38: «Dios no
es un Dios de muertos, sino de vivos »
El tema de esta liturgia es
la resurrección.
En la lectura del Antiguo
Testamento el segundo libro de los Macabeos nos da ya una creencia explícita,
en estos hermanos perseguidos que sufrieron martirio, en la vida después de la
muerte y en la resurrección. La fe en la resurrección de los cuerpos es afirmada
aquí por primera vez. Por esta esperanza entregaron sus vidas antes de renunciar
a la fe de sus Padres. La salvación como hecho seguro, toma la forma de resurrección
(restauración de Sión que de nuevo encuentra a sus hijos, ya muertos). La idea
de retribución, tan arraigada en la mentalidad bíblica, engendra la fe en la resurrección.
San. Pablo ora para que los
cristianos tengan esperanza. La esperanza cristiana es, primeramente, sobre la
promesa de Cristo de resurrección y vida; sólo secundariamente es sobre
progreso humano en esta vida. Influido por él secularismo, el hombre moderno tiende
a concebir la Esperanza de modo inverso. El Apóstol invoca la gracia de Dios
para los destinatarios de su carta y les pide que oren por algunas intenciones
personales y hace un llamado a la perseverancia. La fidelidad debe apoyarse en
la gracia de Dios, que consuela y confirma en medio de las luchas. Con
frecuencia Pablo pide oraciones por su ministerio: por el éxito, para llegar a
la meta, por la libertad de su misión.
Leemos en el Evangelio la
narración sobre una discusión entre Jesús y algunos jefes que no creían en la
resurrección. Los jefes quieren atrapar a Jesús con una pregunta capciosa, pero
el Señor aprovecha la pregunta para poner énfasis en el significado de la resurrección.
La argumentación de Jesús parte de que Dios pacta una alianza, y siendo «Dios
de vivos» no lo va a hacer con muertos; por ello se impone la resurrección de Abraham,
de los patriarcas y de los miembros del pueblo elegido. La alianza permitirá la
protección de Yahvé contra el único enemigo importante: la muerte. El Evangelio
nos recuerda que nuestra resurrección de entre los muertos es coherente con la
naturaleza de Dios. Dios es Dios de vida. Dios es Dios de los vivos. No hay
nada increíble en la resurrección; con respecto a Dios es como la creación. La
primera creación y la resurrección son parecidas: son transmisión de vida.
En la creación, la vida es
temporal; en la resurrección la vida es para siempre. Si creemos en el Dios de
la Creación, estamos obligados a creer en el Dios de la Resurrección. En cuanto
a la alusión a la vida «como los ángeles», al hablar de las relaciones
conyugales después de la resurrección. Jesús quiere dar a entender que el lenguaje
humano es incapaz de expresar la naturaleza de la vida del resucitado.
Algunas preguntas para
pensar durante la semana
1. ¿Cuál es mi reacción ante
la muerte?
2. ¿Cuáles son mis
verdaderas esperanzas?
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