6 Ene 2017
Feria
Blanco
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PRIMERA LECTURA
El Espíritu, el agua y la sangre.
De la Primera carta de san Juan 5, 5-13
Queridos hijos: ¿Quién es el que vence al mundo? Sólo el que cree que Jesús es el Hijo de Dios. Jesucristo se manifestó por medio del agua y de la sangre; Él vino, no sólo con agua, sino con agua y con sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Así pues, los testigos son tres: el Espíritu, el agua y la sangre. Y los tres están de acuerdo.
Si aceptamos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios vale mucho más y ese testimonio es el que Dios ha dado de su Hijo.
El que cree en el Hijo de Dios tiene en sí ese testimonio. El que no le cree a Dios, hace de Él un mentiroso, porque no cree en el testimonio que Dios ha dado de su Hijo. Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado la vida eterna y esa vida está en su Hijo. Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no tiene al Hijo, no tiene la vida.
A ustedes, los que creen en el nombre del Hijo de Dios, les he escrito estas cosas para que sepan que tienen la vida eterna.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 147
R/. Demos gracias y alabemos al Señor.
Glorifica al Señor, Jerusalén, / a Dios ríndele honores, Israel. / Él refuerza el cerrojo de tus puertas / y bendice a tus hijos en tu casa. R/.
Él mantiene la paz en tus fronteras, / con su trigo mejor sacia tu hambre. / Él envía a la tierra su mensaje y su palabra corre velozmente. R/.
Le muestra a Jacob su pensamiento, / sus normas y designios a Israel. / No ha hecho nada igual con ningún pueblo, / ni le ha confiado a otro sus proyectos. R/.
EVANGELIO
Tú eres mi Hijo amado; yo tengo en ti mis complacencias.
Del Evangelio según san Marcos 1, 7-11
En aquel tiempo, Juan predicaba diciendo: "Ya viene detrás de mí uno que es más poderoso que yo, uno ante quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero Él los bautizará con el Espíritu Santo”
Por esos días, vino Jesús de Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Al salir Jesús del agua, vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en figura de paloma, descendía sobre Él. Se oyó entonces una voz del cielo que decía: "Tú eres mi Hijo amado; yo tengo en ti mis complacencias”
Palabra del Señor.
BAUTIZADOS EN EL ESPÍRITU SANTO
Verdad: Dar testimonio de Dios es, al mismo tiempo, testificar que Jesús es el Hijo de Dios. Dicho testimonio no nace de la carne (la razón), sino de la fuerza del Espíritu (la fe). En Jesús hemos recibido la vida eterna, la vida verdadera, la vida de Dios. Esta vida recibida de Dios por el agua (bautismo) y la sangre (Eucaristía), tiene que estar al servicio de la vida del ser humano. Como cristianos, nuestra principal misión consiste en proteger la vida, sobre todo la de los más débiles e indefensos, denunciando y protestando contra las leyes que quieren hacer de la misma un "medio” de placer, de experimentación, de consumo y descartable.
El bautismo de Juan era un símbolo, un signo de conversión para prepararse a la llegada del Mesías. También Jesús se acerca a ese bautismo y el Padre, con su voz y el envío del Espíritu Santo, ratifican que Él es el Mesías esperado, que ya no hará falta el bautismo de Juan, porque el Mesías bautizará con Espíritu Santo y con fuego. Y si el bautismo de Juan era para el perdón de los pecados, el de Jesús, en el Espíritu Santo, no sólo que perdona el pecado de raíz, sino que además nos hace hijos de Dios y miembros de su Cuerpo, que es la Iglesia. Como bautizados, pues, estamos llamados a dar frutos de bien, en especial frutos de vida.
Camino: ¿Al dar testimonio de Jesús, movidos por el Espíritu, logramos que las personas que nos escuchan o están a nuestro lado se motiven a creer en Él?
Vida: Impulsados por tu Santo Espíritu, Señor, estamos dispuestos a dar testimonio de que tú eres el Dios que protege y plenifica la vida con tu amor.
Amén.
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