PREPAREMOS LA VENIDA DEL SEÑOR CON LA CONVERSION
Todo el ambiente que vivimos
en la ciudad nos está hablando de la Navidad. La preparación de Navidad que se
hace en la ciudad, incluso en nuestras familias no ayuda a preparar la «Navidad
cristiana» que nosotros hemos de vivir. - En el Adviento, camino de
preparación, se nos van ofreciendo unas «metas a nuestra esperanza navideña»:
> el primer domingo se nos
afirmaba: «¡el Señor vendrá!».
> el segundo domingo nos
invitaba: «¡preparemos el camino para recibirlo!».
=> En este tercer domingo
se nos dice: «¡estén alegres porque el Señor está cerca!».
La proximidad del Señor trae
alegría porque es portador de la paz. Nos preparamos a la celebración pidiendo
perdón por todos nuestros pecados:
LECTURAS:
Sofonías 3, 14-18a:
«Regocíjate, hija de Sión»
Salmo: Isaías 12, 2-6: «Griten
jubilosos: ¡qué grande es en medio de ti el Santo de Israel!»
Filipenses 4, 4-7: «El Señor está
cerca»
San Lucas 3, 10-18: «¿Qué
debemos hacer»
¿QUÉ NOS DICE la PALABRA?
Atiende a tu interior.
Pregúntate «y yo, ¿qué debo hacer?», ¿qué se mueve en mí, que intuyo que soy
llamado/a a hacer? ¿Hasta qué punto estoy disponible para recibir una respuesta
y ponerla en práctica?
«¿Qué debemos hacer?»
Subrayemos que el texto
evangélico repite varias veces la pregunta: «¿Qué debemos e hacer?». Y Juan
Bautista da respuestas adecuadas a cada situación. No contesta invitando a
abandonar las tareas propias, sino indicando el modo de llevarlas a cabo como
corresponde a personas realmente convertidas. - La pregunta «qué debemos de
hacer» indica que la conversión cristiana no implica únicamente una forma de
pensar, sino también una forma de vivir. La respuesta de Juan no es, en ningún
momento, una invitación a dejar la situación en que cada uno se encuentra, sino
a vivirla sin pecado. Ninguna invitación, pues, a quedarse en el desierto, sino
a continuar en plena historia con un espíritu de espera para cuando el Señor
vuelva. ¿Hay ocupaciones que cristianos no deben ejercer? Es difícil ver como
un cristiano podría, de buena conciencia, involucrarse en la venta de drogas o
prostitución. Yo, de buena conciencia, no podría sembrar o vender tabaco, ni
podría promover el juego o la pornografía. Otros cristianos tendrán su propia
lista de ocupaciones proscritas. La respuesta de Juan para los publícanos y los
soldados, sin embargo, sugiere que podemos actuar como agentes de
transformación donde estamos. Si el ambiente en el trabajo es tal que no
podemos tratar honesta y justamente con la gente, quizá deberíamos buscar un nuevo
empleo.
Una lección sobre las
respuestas varias a las enseñanzas de Dios aparece en la respuesta de Herodes a
la crítica de Juan en versículos 19-20: mientras la gente pregunta qué es lo
que deben hacer para honrar a Dios, Herodes busca quitar al profeta del medio. Siempre
nos encontramos con una decisión cuando se nos revela la voluntad de Dios. Podemos
cumplir lo que Dios desea, o podemos rechazarlo e intentar quitar el mensaje (o
al mensajero) del medio. En la misma línea, el mensaje de San Pablo a los
Filipenses es una respuesta a esta misma pregunta: se trata de una exhortación
a vivir en la alegría, por la presencia del Señor, a vivir en la paz y en la
seguridad de Dios, a dar testimonio de ello en la vida y a orar con confianza.
«Ven, Señor Jesús»
«El pueblo estaba expectante».
Los primeros cristianos esperaban con
ansia la segunda venida del Señor: El Espíritu y la Esposa dicen: «¡Ven! Y
aquel que escuche repita: ¡Ven!». ¿Atiendo yo a la venida del Señor o estoy del
todo inmerso en la vida material, y por tanto, atraído desordenadamente por
todo lo que pasa? En la tradición cristiana Juan Bautista es el mensajero que
prepara al pueblo a la primera venida del Señor Jesús, el Mesías. La Iglesia ha
recibido la misma misión de preparar el camino del Señor que viene: «¡Sí,
vendré pronto». Parte integrante del mensaje evangélico de Lucas es la
necesidad de la conversión; «metanoia», o sea, el cambiar la propia mentalidad
por el modo de pensar y obrar de Dios. Muchas veces encontramos en el Evangelio
de Lucas escenas en la que la misericordia de Dios se manifiesta en Jesucristo
para los pobres y los humildes de corazón. Estas escenas contrastan con el tratamiento
severo reservado a los ricos y orgullosos que tienen el corazón duro y cerrado para
Dios y para el prójimo necesitado.
¿A QUÉ NOS COMPEOMETE la PALABRA?
¿Qué dimensión de mi vida
puedo cambiar, qué puedo convertir para que la Palabra se encarne en
consecuencias reales? ¿Qué dificultades encuentro para ello que podría trabajarme?
Parte de algo en lo que te hayas sentido especialmente movido/a por el texto. Sería
bueno comprometerse en un «hacer» que esté a mi alcance real, se puede empezar por
un pequeño paso...
Preguntas concretas
Este es el texto del adviento
de las preguntas concretas y de las respuestas ajustadas: - «¿Qué hemos de
hacer?»:
Cada cual eche una ojeada a su
situación, a su trabajo, a su entorno personal, a sus prójimos - próximos.....
Miremos si nuestro prójimo se alegra de nuestra cercanía. Tanto en el plano
social, como en el fiscal o como en el policial, la regla de oro consiste en un
no al atropello, a la mentira, a la violencia....; un sí al Señor que se
insinúa en el prójimo y un sí a la alegría de vivirle cercano, en el otro,
entre nosotros. - Digamos sí a la «comunión» con los hermanos que nos convierte
en seres felices. Digamos sí a la «Buena Noticia» que se nos acerca en los
hermanos. Abramos nuestra existencia a la expectativa, a las preguntas, para
vivir centrados en el futuro, en lo que nos aportan las esperanzas... Para Juan
la persona se realiza cuando rechaza replegarse sobre sí misma y se abre al
otro y a los otros. - Desde el fondo del misterio de nuestra existencia «viene
el fuerte», «él los bautizará con Espíritu Santo y fuego». Disponemos nuestras
vidas para aceptar, para vivir y gozar de ese extraordinario don que Dios nos
hace: renacer a la alegría, al gozo de compartir, a la Buena Noticia. Viene
encarnando en ti y en mí una nueva vida.
La salvación no está reservada
para algunos elegidos, sino que se ofrece a todos, incluso a los que son
considerados por nosotros «indigno» de la salvación de Dios. En el tiempo de
Jesús en la categoría de «indignos» se incluían los publicanos y paganos. Hoy, ¿quiénes
son esas personas que tantas veces vienen consideradas «indignas» de la salvación?
- El tema de la salvación está estrechamente unido a la venida del Reino de
Dios, que tiene una implicación social de justicia: «He aquí que yo hago nuevas
todas las cosas» (Ap. 21,5).
LE INVITAMOS A SEGUIR LA
NOVENA DE NAVIDAD POR TODELAR- RADIO CALIMA 9.40 a m. del 16 al 24 de diciembre
a las 6.30 pm. “CRISTO ES NUESTRA ESPERANZA” . PRESENTA COMUNICACIONES DE LA
ARQUIDIOCESIS DE CALI CON LA COORDINACION DEL PADRE HECTOR DE LOS RIOS Y LA
PARTICIPACION DE MONS. LUIS FERNADO RODRIGUEZ, OBISPO AUXILIAR Y OTROS
SACERDOTES Y LAICOS DE LA ARQUIDIOCESIS .
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