EL BAUTISMO DEL SEÑOR
Primera lectura
Isaías 42:1-4, 6-7
1 He aquí mi
siervo a quien yo sostengo, mi elegido en quien se complace mi alma. He puesto
mi espíritu sobre él: dictará ley a las naciones.
Salmo responsorial
Salmo 29:1-4, 3, 9-10
1 Salmo “ ¡Rendid a Yahveh,
hijos de Dios, rendid a Yahveh gloria y poder!”
Segunda lectura
Hechos 10:34-38
34 Entonces
Pedro tomó la palabra y dijo: «Verdaderamente comprendo que Dios no hace
acepción de personas,
Evangelio
Marcos 1:7-11
7 Y
proclamaba: «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo; y no soy digno de
desatarle, inclinándome, la correa de sus sandalias.
«Tú eres mi Hijo
amado, en ti me complazco»
Hoy, solemnidad del Bautismo
del Señor, termina el ciclo de las fiestas de Navidad. Dice el Evangelio que
Juan se había presentado en el desierto y «predicaba un bautismo de iba
a escucharlo, confesaban sus pecados y se hacían bautizar por él en el río
Jordán. Y entre aquellas gentes se presentó también Jesús para ser bautizado.
En las fiestas de Navidad
hemos visto como Jesús se manifestaba a los pastores y a los magos que,
llegando desde Oriente, lo adoraron y le ofrecieron sus dones. De hecho, la
venida de Jesús al mundo es para manifestar el amor de Dios que nos salva.
Y allí, en el Jordán, se
produjo una nueva manifestación de la divinidad de Jesús: el cielo se abrió y
el Espíritu Santo, en forma de paloma descendía hacia Él y se oyó la voz del
Padre: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco» (Mc 1,11). Es el Padre del
cielo en este caso y el Espíritu Santo quienes lo manifiestan. Es Dios mismo
que nos revela quién es Jesús, su Hijo amado.
Pero no era una revelación
sólo para Juan y los judíos. Era también para nosotros. El mismo Jesús, el Hijo
amado del Padre, manifestado a los judíos en el Jordán, se manifiesta
continuamente a nosotros cada día. En la Iglesia, en la oración, en los hermanos,
en el Bautismo que hemos recibido y que nos ha hecho hijos del mismo Padre.
Preguntémonos,
pues: —¿Reconozco su presencia, su amor en mi vida? —¿Vivo una verdadera
relación de amor filial con Dios? Dice el Papa Francisco: «Lo que Dios quiere
del hombre es una relación “papá-hijo”, acariciarlo, y le dice: ‘Yo estoy
contigo’».
También a nosotros el Padre del cielo, en medio de nuestras luchas y
dificultades, nos dice: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco».
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