JUEVES 19 DE MAYO- FERIA- SANTA BERNARDA BUTLER
EVANGELIO
Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al lugar de castigo.
Del Evangelio según san Marcos 9, 41-50
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Todo aquel que les dé a beber un vaso de agua por el hecho de que son de Cristo, les aseguro que no se quedará sin recompensa.
Al que sea ocasión de pecado para esta gente sencilla que cree en mí, más le valdría que le pusieran al cuello una de esas enormes piedras de molino y lo arrojaran al mar.
Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela; pues más te vale entrar manco en la vida eterna, que ir con tus dos manos al lugar de castigo, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo; pues más te vale entrar cojo en la vida eterna, que con tus dos pies ser arrojado al lugar de castigo. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo; pues más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al lugar de castigo, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.
Todos serán salados con fuego. La sal es cosa buena; pero si pierde su sabor, ¿con qué se lo volverán a dar? Tengan sal en ustedes y tengan paz los unos con los otros”.
Palabra del Señor.Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al lugar de castigo.
Del Evangelio según san Marcos 9, 41-50
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Todo aquel que les dé a beber un vaso de agua por el hecho de que son de Cristo, les aseguro que no se quedará sin recompensa.
Al que sea ocasión de pecado para esta gente sencilla que cree en mí, más le valdría que le pusieran al cuello una de esas enormes piedras de molino y lo arrojaran al mar.
Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela; pues más te vale entrar manco en la vida eterna, que ir con tus dos manos al lugar de castigo, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo; pues más te vale entrar cojo en la vida eterna, que con tus dos pies ser arrojado al lugar de castigo. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo; pues más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al lugar de castigo, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.
Todos serán salados con fuego. La sal es cosa buena; pero si pierde su sabor, ¿con qué se lo volverán a dar? Tengan sal en ustedes y tengan paz los unos con los otros”.
EVITAR EL ESCÁNDALO Y TODO PECADO
Verdad: Nuevamente se hace presente la valentía profética de Santiago, con las expresiones de la primera lectura de hoy, donde denuncia con firmeza las actitudes prepotentes de injusticia, acaparamiento y egoísmo de los ricos, en detrimento del derecho de los pobres. Dios creó el mundo para que todos sus hijos e hijas viviéramos dignamente en él, por eso su voluntad es la comunión fraterna de los bienes, no el enriquecimiento de pocos a costa de la miseria de muchos. Santiago no ahorra palabras fuertes y amenazas de castigo contra los ricos egoístas injustos.
Interpretando acertadamente las palabras del Evangelio de hoy, captamos una fundamental enseñanza para nuestra vida cristiana: nuestra vocación es ser santos, y por lo tanto, debemos cultivar y promover todo aquello que nos permita realizar esa vocación; así como debemos evitar todo cuanto pueda inducirnos al pecado. En definitiva, se trata de estar vigilantes y en permanente discernimiento de modo que optemos siempre por el bien, renunciando a situaciones o realidades que puedan distraernos y extraviarnos del camino de la santidad cristiana.
Camino: ¿Qué tan dispuesto estoy a la comunión fraterna de bienes? ¿Soy generoso y solidario con mis semejantes más pobres y necesitados?
Vida: Señor Jesús: tú quieres que seamos santos y misericordiosos como el Padre Dios; concédenos la gracia de evitar todo pecado, y optar siempre por el bien. Amén.
Verdad: Nuevamente se hace presente la valentía profética de Santiago, con las expresiones de la primera lectura de hoy, donde denuncia con firmeza las actitudes prepotentes de injusticia, acaparamiento y egoísmo de los ricos, en detrimento del derecho de los pobres. Dios creó el mundo para que todos sus hijos e hijas viviéramos dignamente en él, por eso su voluntad es la comunión fraterna de los bienes, no el enriquecimiento de pocos a costa de la miseria de muchos. Santiago no ahorra palabras fuertes y amenazas de castigo contra los ricos egoístas injustos.
Interpretando acertadamente las palabras del Evangelio de hoy, captamos una fundamental enseñanza para nuestra vida cristiana: nuestra vocación es ser santos, y por lo tanto, debemos cultivar y promover todo aquello que nos permita realizar esa vocación; así como debemos evitar todo cuanto pueda inducirnos al pecado. En definitiva, se trata de estar vigilantes y en permanente discernimiento de modo que optemos siempre por el bien, renunciando a situaciones o realidades que puedan distraernos y extraviarnos del camino de la santidad cristiana.
Camino: ¿Qué tan dispuesto estoy a la comunión fraterna de bienes? ¿Soy generoso y solidario con mis semejantes más pobres y necesitados?
Vida: Señor Jesús: tú quieres que seamos santos y misericordiosos como el Padre Dios; concédenos la gracia de evitar todo pecado, y optar siempre por el bien. Amén.
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