VIERNES 13 DE MAYO: SEPTIMA SEMANA DE PASCUA. NUESTRA SEÑORA DE FATIMA
EVANGELIO
Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas.
Del Evangelio según san Juan 21, 15-19
En aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?”. Él le contestó: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero” Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos”. Por segunda vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?” Él respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: "Pastorea mis ovejas”.
Por tercera vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”. Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si lo quería, y le contestó: "Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero”. Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas.
Yo te aseguro: Cuando eras joven, tú mismo te ceñías la ropa e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras”. Esto se lo dijo para indicarle con qué género de muerte habría de glorificar a Dios. Después le dijo: "Sígueme”.
Palabra del Señor.Del Evangelio según san Juan 21, 15-19
En aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?”. Él le contestó: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero” Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos”. Por segunda vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?” Él respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: "Pastorea mis ovejas”.
Por tercera vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”. Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si lo quería, y le contestó: "Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero”. Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas.
Yo te aseguro: Cuando eras joven, tú mismo te ceñías la ropa e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras”. Esto se lo dijo para indicarle con qué género de muerte habría de glorificar a Dios. Después le dijo: "Sígueme”.
SEÑOR: TÚ NOS CONOCES Y SABES QUE TE AMAMOS
Verdad: El apóstol Pablo tiene que comparecer nuevamente ante los tribunales humanos, para ser juzgado por predicar a Cristo, muerto y resucitado, y por denunciar las causas de esa muerte. Esta vez son las autoridades civiles, curiosamente más benévolas que las religiosas, las que dan testimonio de la causa última por la cual Pablo está siendo sometido a juicios y persecuciones: el Apóstol no se cansa de afirmar que Jesús está vivo; mientras que para sus adversarios se trata de un difunto, para Pablo es un ser vivo y vivificador.
En el Evangelio de Juan, en este día, se nos relata el episodio en el cual el apóstol Pedro recibe de parte del Señor Jesús, la tarea de apacentar a su rebaño, de ser guía y pastor de su Iglesia. Pero tuvo primero que confesar y confirmar reiteradamente su amor a Cristo. De esta manera queda claro que todo servicio y ministerio que se ejerza en la Iglesia, debe necesariamente nacer de un gran amor a Dios y a su Hijo. Sin este amor fundamental, tampoco habrá verdadero amor a los hermanos que se quiere servir y evangelizar.
Camino: ¿Acaso pueden decir de mí, de mis palabras y mis obras, que anuncio a un Cristo vivo, mientras para muchos no es más que un personaje muerto del pasado?
Vida: Señor Jesús: queremos profesar reiteradamente nuestro amor a ti, para ser dignos de la tarea que nos confías en la guía y evangelización de nuestro mundo. Amén.
Verdad: El apóstol Pablo tiene que comparecer nuevamente ante los tribunales humanos, para ser juzgado por predicar a Cristo, muerto y resucitado, y por denunciar las causas de esa muerte. Esta vez son las autoridades civiles, curiosamente más benévolas que las religiosas, las que dan testimonio de la causa última por la cual Pablo está siendo sometido a juicios y persecuciones: el Apóstol no se cansa de afirmar que Jesús está vivo; mientras que para sus adversarios se trata de un difunto, para Pablo es un ser vivo y vivificador.
En el Evangelio de Juan, en este día, se nos relata el episodio en el cual el apóstol Pedro recibe de parte del Señor Jesús, la tarea de apacentar a su rebaño, de ser guía y pastor de su Iglesia. Pero tuvo primero que confesar y confirmar reiteradamente su amor a Cristo. De esta manera queda claro que todo servicio y ministerio que se ejerza en la Iglesia, debe necesariamente nacer de un gran amor a Dios y a su Hijo. Sin este amor fundamental, tampoco habrá verdadero amor a los hermanos que se quiere servir y evangelizar.
Camino: ¿Acaso pueden decir de mí, de mis palabras y mis obras, que anuncio a un Cristo vivo, mientras para muchos no es más que un personaje muerto del pasado?
Vida: Señor Jesús: queremos profesar reiteradamente nuestro amor a ti, para ser dignos de la tarea que nos confías en la guía y evangelización de nuestro mundo. Amén.
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